Publicado el 5 de octubre de 2023 por Marcel Carbajal

Hay una fiesta en Brasil que es reconocida en todo el mundo por su colorido, su alegría y su pasión. Hablamos, por supuesto, del Carnaval, una expresión popular de disfrute, música y baile, que desfila por las calles de todo el país en febrero. Hay muchísimos carnavales a lo largo y ancho del territorio carioca, pero probablemente el más grande y popular sea el de Río de Janeiro, un auténtico espectáculo al aire libre. Cada año, las escuelas de samba, música y baile de la ciudad se apuntan a este desfile, en el que suelen salir a la calle más de 7.000 personas como parte de la comitiva. Dichas escuelas participan en un concurso en el que se puntúa la música, el baile, el colorido de cada una de ellas, los vestidos y disfraces… Hay personas que llevan preparándose durante todo el año para estos días de fiestas, haciendo del desfile el día más importante del calendario para ellos.

El Carnaval de Río destaca por ser seguramente el más grande del mundo, una explosión de pura alegría y vida en las calles de la ciudad. Por unos días, Río de Janeiro pasa a ser la envidia de todo el mundo, al mostrar su lado más festivo, aunque es cierto que la ciudad también cuenta con muchos problemas, especialmente en sus favelas. Durante estos días de carnaval eso pasa a un segundo plano, quedándonos con el ambiente tan colorido y espectacular en las calles. Y es que Río se convierte en la capital de la música y el baile durante esos días. El desfile por las calles es una auténtica locura, con cientos de miles de personas disfrutando del espectáculo de baile y cante. La samba es la protagonista, pero también lo son las espectaculares modelos que desfilan con trajes imposibles, muchos de ellos dejando poco a la imaginación. El carnaval también se destaca por ser una fiesta muy desinhibida, más aun en Brasil, donde las mujeres están acostumbradas a presumir de sus cuerpos voluptuosos y espectaculares. El carnaval tiene ese punto morboso y sensual que lo ha llevado también a convertirse en una referencia para el mundo erótico.

Una fiesta conocida internacionalmente

El Carnaval de Rio de Janeiro es seguramente el más importante dentro de Brasil, y uno de los más populares del mundo. Se trata de una fiesta que se celebra en febrero, justo antes del comienzo de la Cuaresma, que es el periodo de cuarenta días previo al Domingo de Ramos. Era una especie de concesión que los romanos permitían antes de que comenzara el proceso de recogimiento de la Semana Santa. El Carnaval siempre está asociado a la música, al color, e incluso a la crítica, como ocurre en Cádiz, España, donde se cantan coplas con fuerte contenido irónico. En Brasil, el carnaval está protagonizado por la samba, un estilo musical procedente de África que se hizo muy popular a principios del siglo XX. Cada año, millones de personas visitan Rio de Janeiro para sumarse a esta fiesta en la calle.

Mujeres desfilando prácticamente desnudas

Aunque desde fuera el desfile de carnaval pueda parecer absolutamente caótico, todo está milimétricamente organizado para que este tipo de eventos salgan bien. De hecho, hay muchas escuelas de samba que ni siquiera pueden participar en el desfile oficial, por falta de espacio. El carnaval se potencia a través de la música y el baile, y esto ha llevado a que muchas de las escuelas contraten a bailarinas y modelos muy exuberantes para destacar sobre el resto. Siempre con vestidos y disfraces escuetos, estas mujeres se contonean prácticamente desnudas ante la vista de todos. Eso sí, las reglas dejan muy claro que una mujer no puede ir completamente desnuda desfilando, o su escuela puede ser sancionada. La forma de esquivar esta regla suele hacer que muchas escuelas inventen trucos muy imaginativos.

Uno de los trucos más habituales es el bodypainting, que consiste en dibujar el cuerpo de las mujeres con diseños muy creativos, para crear una ilusión de vestimenta. En realidad, las chicas van completamente desnudas, al menos en su torso, mostrando sus pechos, casi siempre con pezoneras, pero esa pintura evita que sea algo tan explícito. También hay muchas ocasiones en las que los tops y los sujetadores son tan escuetos que apenas dejan nada a la imaginación. El tanga es la prenda oficial para la parte de abajo, ya que consigue un efecto muy voluptuoso en el trasero, una de las partes que más enorgullecen a las brasileñas. Estas modelos no solo son atractivas y sensuales, sino que también aprenden a bailar al ritmo de la samba, para ofrecer un gran show en el desfile oficial.

Pornografía brasileña en el carnaval

El carnaval de Río de Janeiro tiene ese punto de morbo y sensualidad que es innegable. Es algo que además, las brasileñas llevan en la sangre. Para ellas es muy natural ir prácticamente desnudas durante estas fiestas, ya que se permite mucho más que en cualquier otra época del año. Las mujeres brasileñas tienen fama de ser muy ardientes, y no solo eso, sino que disfrutan mostrando sus cuerpos voluptuosos y llenos de curvas. Por supuesto, esto también ha servido como inspiración para que muchas productoras, tanto locales como extranjeras, ubiquen en el carnaval de Río algunas de sus películas pornográficas. De hecho, no es difícil encontrar escenas rodadas en pleno carnaval, aunque no en la calle, ya que esto sí que sería bastante complicado.

La pornografía brasileña no ha destacado aun como industria propia, pero es cierto que uno de sus puntos más definitorios es precisamente su vinculación con el carnaval. Y es que nadie se llevará las manos a la cabeza al saber que en estos desfiles hay modelos eróticas e incluso actrices porno que han acudido con algunas escuelas de samba. Son chicas espectaculares que llaman mucho la atención, acostumbradas a trabajar sin ropa, así que este tipo de espectáculos son su pan de cada día. Las actrices brasileñas, además, vinculan de forma natural el carnaval con el sexo, con la pasión, con el morbo y la sensualidad. Es una fiesta donde todo está permitido, y así es como nos han llegado tantas escenas en las que la samba sirve de banda sonora perfecta para el sexo explícito.

La sensualidad sin censura

Y es que en la esencia del carnaval está esa libertad por mostrar lo que en otros momentos o épocas del año no se nos permite. Es el último atisbo de disfrute hedonista antes del recogimiento por la Cuaresma, así que todo está permitido. Si bien ya hemos hablado de la norma que impide bailar desnudas por completo a las chicas, muchas escuelas sacan a modelos prácticamente sin ropa a danzar por el sambódromo. Los vídeos que nos llegan de esta fiesta son bastante explícitos, y lo cierto es que no es extraño encontrar a mujeres que prácticamente lo muestran todo. De esta manera, el carnaval se convierte en una de las pocas fiestas donde uno puede disfrutar sin censura de la visión del cuerpo desnudo de los demás.